Cinco agricultoras han convertido el descarte de sus cosechas en snacks saludables y de larga duración, gracias a la capacitación de INIA La Platina y el apoyo de programas públicos.
Santiago, agosto de 2025.- En la Región Metropolitana, el Centro Regional INIA La Platina viene desarrollando programas de capacitación con el objetivo de aumentar la competitividad hortícola local. Con apoyo de CORFO y de la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile, impulsó un Programa de Difusión Tecnológica (PDT) para la adquisición de herramientas como el deshidratado de hortalizas, lo cual ya muestra resultados concretos: uno de los más visibles es la conformación del grupo “Deshidratados Mujeres Hortifrut Curacaví”, integrado por agricultoras que transformaron su experiencia en una oportunidad de negocio.
Tras participar en el PDT de deshidratados de hortalizas ejecutado por INIA La Platina, cinco agricultoras de Curacaví decidieron dar un paso más: postularon a un proyecto FOSIS, adjudicado en 2024, que les permitió adquirir equipamiento como deshidratadoras semi-industriales, envases doypack, selladoras y cortadoras de frutas y verduras. Con esta maquinaria comenzaron a procesar los descartes de sus cosechas, transformándolos en productos innovadores que prolongan la vida útil de los alimentos. En la ceremonia de entrega de certificados las agricultoras fueron acompañadas por el extensionista José Lagos, en representación de INIA La Platina.
El deshidratado elimina la humedad de frutas y hortalizas mediante calor controlado, inhibiendo el crecimiento de bacterias, levaduras y hongos. Así, se obtienen alimentos que pueden conservarse hasta seis meses sin perder propiedades saludables. Esta técnica, además de reducir pérdidas, se alinea con las tendencias globales hacia alimentos naturales, sin aditivos sintéticos, y con mayor valor agregado para los consumidores.
Para Cristina Vergara, subdirectora regional de I+D de INIA La Platina, la experiencia es una muestra concreta del impacto de la transferencia tecnológica.
“Este grupo de productoras aprendió con nosotros la herramienta de deshidratación y hoy puede agregar valor a sus hortalizas y frutas mediante la oferta de nuevos productos. Aunque todavía es un formato poco conocido en hortalizas, representa una alternativa saludable que extiende la vida útil y abre un camino hacia nuevos mercados”, dijo.
El proyecto también contó con el apoyo de Prodesal Curacaví. Su extensionista, Angélica Alejandra Soto, valoró el compromiso de las agricultoras y explicó los desafíos que quedan por delante.
“Partimos con un grupo mixto de agricultores invitados por INIA, pero fueron ellas quienes se entusiasmaron y decidieron avanzar. Postularon a un proyecto FOSIS y lograron equiparse. Hoy tienen su propia marca y generan ingresos, pero para crecer necesitan la resolución sanitaria y una sala de procesos, lo que requiere inversión y apoyo técnico”.
Las propias agricultoras dan cuenta de los avances y proyecciones de esta apuesta. Viviana Salgado, por ejemplo, destaca la buena recepción de la naranja deshidratada: “Ya estoy comercializando en el mercado campesino. La naranja funciona como un snack, concentra mucho sabor y tiene distintos usos: se puede comer sola, acompañar con chocolate, agregar a un té o incluso a un cóctel”.
Para Marisol Ramírez, el desafío ahora es ampliar la presencia en el mercado: “Comenzamos a experimentar y poner en práctica lo aprendido en INIA, y ha dado buenos resultados. Ahora nos falta la ventana comercial para poder exponer. Esa parte ha sido muy lenta”.
Daniela Ugalde, en tanto, recuerda cómo partió todo: “Todo empezó como pruebas para aprovechar el descarte de las cosechas. Ahora cada una produce en su casa y ya vemos los frutos de lo que aprendimos”.
Con este tipo de proyectos, la investigación aplicada desde INIA La Platina y su Unidad de Materias Primas y Alimentos no solo ayuda a resolver problemas de productividad, sino que también abre nuevas puertas para diversificar la oferta hortícola, reducir pérdidas y generar oportunidades de negocio para pequeños agricultores y agricultoras de la Región Metropolitana.