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Iniciativa está cambiando el paradigma de alimentar salmónidos en Chile

Salmones Antártica se ha consolidado como una de las compañías pioneras en la transformación sostenible de la acuicultura chilena. Su liderazgo en el Programa Tecnológico para la Producción Local de Insumos Nutricionales para la Acuicultura (PTEC-INVA), cofinanciado por la Corporación de Fomento de la Producción de Chile (Corfo), está revolucionando el modo en que se alimentan los salmónidos (salmón Atlántico, Salmo salar; salmón del Pacífico o coho, Oncorhynchus kisutch; y trucha arcoíris, Oncorhynchus mykiss) en el país.

El PTEC-INVA impulsa un cambio estructural al fomentar la producción agrícola nacional orientada al abastecimiento directo de la industria del salmón, fortaleciendo el vínculo entre el campo y la acuicultura. En otras palabras, se busca que las y los agricultores chilenos produzcan localmente las materias primas vegetales que luego serán utilizadas en la formulación de alimentos para salmones y truchas, generando así una cadena de valor integrada, sostenible y con certeza comercial para los productores. “El objetivo esencial del PTEC-INVA es potenciar el cultivo de materias primas vegetales para la acuicultura y establecer un vínculo directo entre la producción agrícola nacional y la industria del salmón. Lo que estamos construyendo es una relación virtuosa donde las y los agricultores tienen certeza de que sus productos serán comprados y utilizados dentro de una cadena productiva estratégica para el país”, explica el gerente del PTEC-INVA, Dr. Daniel Nieto Díaz-Muñoz.

Esta iniciativa busca también descentralizar el desarrollo agrícola, dinamizando economías locales y promoviendo la seguridad alimentaria de la cadena acuícola. Al mismo tiempo, sienta las bases para una nueva agricultura especializada, enfocada en satisfacer las necesidades de una de las industrias más relevantes de Chile en términos de exportaciones y empleo.

Una de las claves del éxito del PTEC-INVA radica en su enfoque integral, que une a la industria, el Estado y la academia en torno a un propósito común: producir de forma más limpia, innovadora y local. En este proceso, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) cumple un rol fundamental como coejecutor. Desde su Centro Regional INIA Carillanca, en La Araucanía, lidera líneas de trabajo orientadas a la sostenibilidad agrícola y a la transferencia de conocimiento.

“Este Programa Tecnológico está enfocado en la producción sostenible de insumos vegetales para la alimentación acuícola, y en este marco, la producción nacional constituye un avance importante en este aspecto. A lo anterior, se suman una serie de prácticas como son la rotación de cultivos, la incorporación de leguminosas, disminución en el uso de plaguicidas y cálculo del impacto ambiental de los cultivos. Todo ello contribuye a disminuir la huella de la producción de cultivos anuales”, explica la Dra. Claudia Osorio Ulloa, subdirectora del PTEC-INVA y directora regional del INIA en La Araucanía.

Además, la experta destaca el enfoque colaborativo del Programa. “El PTEC-INVA fue enfocado desde su inicio para generar redes y articular a los actores de la cadena productiva, lo cual se ha demostrado en experiencias concretas de vinculación que van en directo beneficio de los objetivos del Programa. Como INIA Carillanca, estamos seguros que las bases establecidas seguirán fortaleciéndose para consolidar un modelo que combina Investigación, Desarrollo e innovación (I+D+i) con un exitoso sistema de transferencia tecnológica”.

Investigación, innovación y salud: Una visión integral

Más allá del PTEC-INVA, Salmones Antártica impulsa diversas iniciativas de I+D+i en alianza con universidades y centros científicos. Entre ellas, destaca su participación en el Programa Envejecimiento Activo y Saludable (EAS), una colaboración público-privada-académica liderada por la Universidad de Chile (UChile), a través del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), junto con la Universidad de Ciencias Aplicadas de Karelia en Finlandia. Los resultados del Programa EAS han sido reveladores: durante un estudio de tres meses, personas mayores que consumieron 300 gramos de trucha a la semana aumentaron sus niveles de omega-3 y redujeron en un 62% los marcadores de inflamación, un factor clave en la prevención de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Este trabajo demuestra que la sostenibilidad va más allá del medioambiente: también está vinculada con el bienestar y la salud de las personas.

El avance de Salmones Antártica en sostenibilidad no se limita a optimizar sus procesos productivos. La compañía ha asumido un rol activo en impulsar la colaboración entre ciencia, tecnología y producción, sentando las bases de una nueva etapa para la salmonicultura nacional. “En Salmones Antártica creemos sinceramente que la sostenibilidad no solo se trata de producir de manera más limpia, sino también de generar conocimiento, fomentar la innovación y fortalecer las alianzas que nos permitan seguir avanzando hacia una industria más resiliente y conectada con las comunidades y el entorno”, resume Paulo Palacios Achui, gerente técnico de Salmones Antártica y director del PTEC-INVA, quien además participa activamente en el Programa EAS.