Noticias INIA

Agroacuicultura: ¿Es posible crear una tercera industria en Chile?

En el corazón agrícola de La Araucanía, entre parcelas experimentales y un paisaje dominado por cultivos de cereales y legumbres, se desarrolló recientemente el Seminario Internacional: Creando Una Tercera Industria, un encuentro que permitió demostrar la manera de sentar las bases para una nueva cadena productiva que una la agricultura con la acuicultura bajo un enfoque de sostenibilidad y desarrollo regional.

El evento –que reunió a más de un centenar de personas– tuvo lugar en el Centro Regional de Investigación INIA Carillanca, institución anfitriona y coejecutora del Programa Tecnológico para la Producción Local de Insumos Nutricionales para la Acuicultura (PTEC-INVA), iniciativa financiada por la Corporación de Fomento de la Producción de Chile (Corfo) y liderada por Salmones Antártica, con la participación del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), el Centro Tecnológico para la Innovación Alimentaria (CeTA), Empresas Agrotop, Veterinary Histopathology Center (VeHiCe) y las universidades de Chile (UChile) y Católica de Temuco (UCT). Además, el seminario también contó con la colaboración del Instituto Tecnológico del Salmón (Intesal), la Asociación de la Industria del Salmón de Chile A.G. (SalmonChile) y las empresas BioMarNuseed y Alianza Team, reafirmando el compromiso del sector productivo con la innovación sostenible.

Todos comprometidos

El objetivo de este programa tecnológico es tan simple como ambicioso: demostrar que Chile puede producir, en su propio territorio, los aceites y proteínas vegetales que alimentan a la salmonicultura, reduciendo la dependencia de importaciones y fortaleciendo el vínculo entre los sectores agrícola y acuícola. “Este seminario reúne a investigadores, empresas, agricultores, representantes del Estado y de la industria acuícola, todos comprometidos con una misma idea: producir en Chile los insumos vegetales que alimentan a nuestra salmonicultura, y hacerlo de manera sostenible, eficiente y con menor huella de carbono”, destacó el Dr. Daniel Nieto Díaz-Muñoz, gerente del PTEC-INVA, en la apertura de la jornada.

Un modelo productivo que nace en la tierra y termina en el mar

Con más de tres años de ejecución, el PTEC-INVA ha logrado avances que consolidan su visión. El equipo técnico y científico ha validado cultivos de lupino y raps canola en distintas zonas del sur-austral, ha desarrollado concentrados proteicos aplicados en dietas reales de salmones y truchas, y ha tejido una red de agricultores entre La Araucanía y Magallanes que están sumándose al desafío de producir localmente insumos estratégicos. “Reducir la dependencia de insumos importados no es solo un asunto económico: es también una decisión ambiental y estratégica. Menos kilómetros de transporte significan menos emisiones, menor huella de carbono y un aporte directo a las metas climáticas de nuestro país”, explicó el Dr. Nieto.

El concepto de “tercera industria” emerge como una nueva categoría productiva: una alianza híbrida entre la agricultura (que provee los insumos vegetales), la acuicultura (que los utiliza en la formulación de alimentos) y la ciencia (que aporta innovación y validación tecnológica). Este modelo no solo genera un impacto ambiental positivo, sino que también redistribuye valor económico en los territorios rurales, especialmente en el sur de Chile.

Ciencia, territorio y transferencia tecnológica

La Dra. Claudia Osorio Ulloa, directora regional del INIA Carillanca y subdirectora del PTEC-INVA, destacó que el seminario marca la culminación de la primera etapa del Programa, centrada en la investigación y el desarrollo de cultivos con potencial para ser utilizados como insumos de la salmonicultura. “Estuvimos desplegados territorialmente durante tres años evaluando distintas especies y variedades para encontrar cuáles se adaptan mejor a los distintos nichos agroecológicos de la macrozona sur-austral. Nos llevamos muy buenas sorpresas, especialmente en regiones como Aysén y Magallanes, donde hay un alto potencial productivo y sanitario”, detalló la Dra. Osorio.

La científica explicó que esta primera fase permitió establecer una base sólida de conocimiento agronómico, nutricional y sanitario, y que los próximos dos años del Programa estarán enfocados en la transferencia tecnológica hacia productores, cooperativas y empresas formuladoras de alimento. “El desafío ahora es que estos resultados salgan del laboratorio y lleguen a los campos, a las plantas procesadoras, y finalmente al ecosistema industrial que alimenta a nuestra salmonicultura”, agregó.

El impulso institucional: Corfo y el largo plazo

Desde Corfo La Araucanía, el subdirector regional Julio Salas Muñoz subrayó la relevancia estratégica de reunir a distintos actores de la cadena productiva. “Tiene tremenda relevancia poder sentar a diferentes actores en una misma mesa. Esto permite conocer las brechas y desafíos de cada industria, generando la sinergia necesaria para mejorar la competitividad tanto de la agricultura como de la industria del salmón”, especificó Salas.

Corfo impulsa actualmente una serie de programas tecnológicos –como los PTEC– que apuntan al desarrollo de soluciones a largo plazo, articulando ciencia, industria y políticas públicas. En el caso del PTEC-INVA, la meta es doble: sustituir importaciones y fortalecer la resiliencia territorial frente al cambio climático. “A nivel regional, estamos impulsando redes de proveedores con empresas como Agrotop, abordando brechas en sostenibilidad y transferencia tecnológica hacia las y los agricultores”, puntualizó el representante de Corfo.

El mundo agrícola: oportunidades y desafíos

Uno de los momentos más esperados del seminario fue la intervención del director de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), presidente del Consorcio Agrícola del Sur – CAS F.G. y director también de la Sociedad de Fomento Agrícola de Temuco (SOFO), Gastón Caminondo Vidal, quien valoró el esfuerzo conjunto como un hito histórico en la relación entre los sectores agrícola y acuícola. “De una vez por todas nos dimos cuenta de que el mundo acuícola y el agrícola tenemos que caminar juntos. Este camino ya se inició, y creemos que puede abrir hasta 200.000 hectáreas de nuevas oportunidades productivas para alimentar a los salmones”, expresó Caminondo.

El dirigente también planteó la necesidad de avanzar en temas regulatorios y tecnológicos, particularmente en biotecnología y uso de cultivos transgénicos, argumentando que la falta de actualización normativa podría limitar la competitividad del país. “Somos grandes productores de semilla transgénica, pero no podemos usarla en Chile. Exportamos la materia prima y luego importamos el aceite procesado. Es hora de repensar esa lógica”, advirtió.

Para Caminondo, el PTEC-INVA ha demostrado que la asociatividad y la investigación aplicada son claves para diversificar el agro y abrir nuevas rutas de comercialización.

La visión de la salmonicultura: alianzas virtuosas y valor local

El gerente de Asuntos Corporativos de SalmonChile, José Tomás Monge Valdés, destacó que la sostenibilidad futura del sector pasa necesariamente por fortalecer su integración con otros rubros productivos. “Estas alianzas virtuosas entre la salmonicultura, la agricultura y la agroindustria son esenciales para avanzar en sostenibilidad y valor local. Hoy existen alrededor de 80.000 hectáreas agrícolas destinadas a alimentos de salmones, pero el potencial es de 200.000. Es una oportunidad enorme desde el Biobío hasta Magallanes”, detalló Monge.

Para el representante de una de las dos principales asociaciones gremiales del rubro salmonicultor chileno, el camino hacia una acuicultura más baja en carbono no se logra solo con innovación industrial, sino con desarrollo territorial inclusivo y colaborativo, donde la ciencia y la agricultura nacional sean parte activa del ecosistema productivo.

El rol del Estado: conocimiento e innovación para el futuro

El secretario regional ministerial (seremi) de Agricultura de La Araucanía, Carlos Labrín Olave, reafirmó durante la jornada el compromiso del Estado con la investigación aplicada y la innovación tecnológica. “Desde el Ministerio de Agricultura (Minagri) reafirmamos el compromiso con la innovación y el apoyo a las iniciativas que promuevan la productividad y la sostenibilidad. La vinculación entre productores, investigadores y docentes es esencial para fortalecer el sector agroalimentario y acuícola”, sostuvo Labrín.

El representante regional añadió que el conocimiento científico y la transferencia tecnológica son herramientas claves para enfrentar los retos actuales y futuros del sector, especialmente en un contexto de cambio climático y presión por una producción más limpia.

El seminario cerró con un mensaje de cooperación y visión de largo plazo. La llamada “tercera industria” no solo busca crear una nueva cadena de valor, sino también rediseñar la forma en que Chile produce y distribuye su riqueza, fortaleciendo las capacidades locales y fomentando la innovación. “El futuro de la salmonicultura chilena —ese futuro más sustentable y bajo en carbono— también puede nacer en la tierra”, concluyó el Dr. Daniel Nieto Díaz-Muñoz, sintetizando el espíritu del encuentro.

Lo que comenzó como un proyecto tecnológico hoy se perfila como una estrategia país para conectar la ciencia, la agricultura y el mar en un mismo propósito: construir un modelo productivo chileno, sostenible y con identidad territorial.