El oídio de la vid constituye la enfermedad de mayor importancia a nivel de campo en la zona Norte y Central del país, considerando para su control un mayor número de aplicaciones en relación a otras enfermedades que afectan la producción de uva de mesa.

Los daños son más severos en climas cálidos y secos, ya que el hongo no necesita agua libre sobre la superficie de tejido verde para que ocurra la infección. Sólo requiere que la humedad relativa del aire sea alta para que la germinación de las esporas ocurra.

La fase sexual o teleomorfo de este hongo, caracterizado por la presencia de cuerpos frutales llamados cleistotecios (Foto 4). Esta fase se presenta cuando las condiciones ambientales no son favorables para el patógeno, además de no existir en ese período, tejidos susceptibles de ser atacados.  En primavera se abren liberando ascosporas que germinan e infectan tejidos verdes.

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Foto 4. Cleistotecios sobre hojas de vid.

 

La fase asexual o anamorfa sobrevive en yemas infectadas durante la temporada anterior, reactivándose al existir brotes tiernos susceptibles. Esta fase es la más común y distribuida en todas las zonas de cultivo de la vid  en Chile.

Períodos críticos: El brote, al emerger de la yema, se encuentra en estado tierno o suculento y es más susceptible a esta enfermedad. Por esto, de manera muy temprana se debe estar atento a proteger los brotes.

Otro estado muy crítico se da en floración, por  la existencia de condiciones de temperatura del aire favorables para la enfermedad que van desde los 20 a 27°C.

Síntomas: Pueden ser visualizados en cualquier tejido verde de la planta, pudiendo presentarse en  frutos, raquis, hojas y partes florales.  Las conidias de este hongo son bastante sensibles a la luz directa del sol, por lo que las lesiones tienden a producirse en la cara inferior de las hojas expuestas. En el caso de hojas sombreadas, las lesiones se manifiestan a ambos lados de la hoja.  Inicialmente en la superficie de las hojas aparecen manchas de coloración blanca correspondiente al signo o la visualización del hongo sobre el hospedero. La esporulación ocurre de 5 a 7 días desde el momento de la infección.

Las esporas en las zonas infectadas aparecen como pulverulencia blanca a grisácea,  bastante característica y similar a la ceniza.  (Foto 5)

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Foto 5. La esporulación de oídio de la vid presenta apariencia similar a ceniza.

 

El daño principal se produce sobre el fruto, el cual puede ser cubierto completamente (Foto 6). También se evidencian daños en raquis afectando la comercialización de la fruta. La presencia del hongo sobre la flor puede disminuir tanto el tamaño de las bayas, como su contenido de azúcar, e incluso evitar el desarrollo de éstas.

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Foto 6. Oídio cubriendo baya completamente.

Diseminación: Es una enfermedad cuyas conidias y ascosporas (fase sexual) son diseminadas mediante  el viento.

Sobrevivencia: La fase asexual o anamorfa sobrevive como micelio latente en yemas infectadas la temporada anterior, que al brotar pueden afectar los brotes. La importancia relativa de la fase sexual en el país aún no está claramente identificada.

Tratamiento Cultural: a) Eliminar los sarmientos infectados; b) Mantener una adecuada aireación e iluminación del parronal, lo cual reduce o retrasa el desarrollo de oídio; c) Deshoje alrededor de los racimos si es necesario, evitando exceso de radiación sobre éstos; d) Evitar fertilización excesiva sobretodo nitrogenada, debido a que ésta favorece la aparición de tejidos tiernos en la planta, siendo de mayor susceptibilidad a la enfermedad.

Tratamiento Químico: Es más efectivo cuando está sumado a prácticas culturales. El manejo debe enfocarse a un control preventivo para la infección primaria, la cual se produce al inicio de la estación de crecimiento.

El tratamiento a calendario debe efectuarse tempranamente cuando los brotes líderes o bandera tengan entre 5 a 10 cm de largo, manteniéndose un programa de aplicaciones periódicas cada 7 a 14 días, dependiendo de la  residualidad del producto hasta la maduración de las bayas.

Al decidir el tipo de producto que será aplicado, se debe considerar el estado fenológico de la vid y los fungicidas que se han usado previamente.

En términos generales, el tratamiento comienza tempranamente en brotación mediante el uso de productos en base a azufre. Esto se realiza para controlar el micelio latente y evitar que afecte los brotes.

En floración no se realizan aplicaciones de azufre mojable, debido a que favorece la corredura. Por este motivo se utilizan productos que pueden pertenecer a diversos grupos químicos. En el cuadro 2 se señalan las alternativas de productos químicos para el control de oídio.

Grupo químico Ejemplos de ingredientes activos
Azufre Azufre
Imidazoles Triflumizol
Pirimidina Fenarimol
Triazoles (IBE´s)

 

 

Triadimefon
Miclobutanil
Tebuconazole
Estrobilurinas

 

 

 

Azoxystrobim
Trifloxystrobim
Kresoxymmetil
Pyraclostrobin
Fenoxiquinolinas Quinoxifen


Cuadro 2.
Principales Grupos químicos y ejemplos de ingredientes activos utilizados en el control de oídio de la vid, en Chile.


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