La agricultura sustentable apunta al uso racional de los recursos para la agricultura, en particular, del suelo, agua e insumos agrícolas. Su objetivo es producir más en menos superficie de suelo, para satisfacer las necesidades básicas de fibra y alimentos; sin provocar o minimizando impactos ambientales; de forma económicamente viable y sin perjuicios para la salud de los productores y de la sociedad en general.
Para ello, es preciso intensificar de manera sostenible la producción de agroalimentos; usar fertilizantes en forma más eficiente y menos contaminante; desarrollar biofertilizantes; disminuir sustantivamente el uso de pesticidas y reemplazarlos por biopesticidas; y contribuir a la meta nacional de reducir en un 30% las emisiones de Gases de Efecto Invernadero para el año 2030, entre otras acciones.
Con este foco, las principales líneas de trabajo de INIA son:
- Desarrollo de biocontroladores y biopesticidas.
- Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades (MIPE).
- Aplicación de estrategias de producción integrada.
- Generación de productos agropecuarios, bajo un concepto de producción agroecológica y/u orgánica.
En la actualidad, el diagnóstico es que los suelos de Chile están marcados por la incidencia de una fuerte erosión. Por tanto, es necesario:
- Desarrollar estrategias de conservación, orientadas a mitigar y rehabilitar los suelos degradados.
- Fortalecer el concepto de uso sustentable (biológico, económico y ambiental) del recurso suelo, así como de los principales nutrientes en los sistemas agropecuarios.
En complemento, el eje estratégico Gestión Hídrica establece las principales líneas de trabajo a desarrollar en investigación y transferencia de tecnologías en uso eficiente del agua, como factor relevante para lograr una agricultura sustentable.